jueves, 4 de abril de 2013

3.1 El Cuaderno de Rutka


EL CUADERNO DE RUTKA

11 de agosto de 1942
INVIERNO EN EL GHETTO
Están cayendo grandes copos de nueve y un manto blanco cubre el barro delas calles.  El invierno.  Sin embargo, no se escuchan los alegres gritos de los niños que normalmente anuncian la llegada del invierno.  Para la mayoría de los habitantes del ghetto el invierno significa hambre y miseria.  Hay colas por todas partes: colas para conseguir patatas, nabos, carbón, pan.  Los niños, vestidos con harapos, tienden las manos hacia los transeúntes con gesto de súplica para pedir limosna.  Estas criaturas son el estigma del lúgubre  ghetto. Los padres han sido deportados y los pequeños han quedado abandonados a su suerte, condenados a vagar por las calles.  Los rostros de la gente expresan tristeza y preocupación.  De pronto, se oye un grito.  Un anciano ha caído al suelo empujado por un oficial de policía y se ha golpeado en la cabeza con la calzada.  La nieve blanca se tiñe de rojo púrpura.  Cerca de allí, una mujer llora porque han detenido a su esposo, quién sabe si volverá a verle….
El reloj de la iglesia da las cinco.  Los trabajadores de los talleres salen en tropel a  la calle.  Las jóvenes hambrientas y pálidas, los anémicos…

5 de febrero de 1943
El cerco se estrecha cada vez más.  El mes próximo esto va ser ya un ghetto, un ghetto de verdad, rodeado de murallas de piedra. En verano va a ser insoportable permanecer encerrado en esta jaula gris sin poder ver los campos ni las flores.  El año pasado solía ir al campo.  Siempre recogía muchas flores.  Eso me ha hecho recordar aquel tiempo en que era posible salir a la calle sin el riesgo de ser deportado, ira la cine por la tarde… Las atrocidades de la guerra me han empapado hasta tal punto que no me afectan las peores noticias.  Simplemente, ya no creo que alguna vez pueda salir de casa sin llevar la estrella amarilla.  Ni tampoco que vaya a terminar esta guerra.  ¿Cómo podría ocurrir? Lo más probable es que me volviera loca de pura alegría si llega a suceder alguna vez.  Pero ahora he de pensar en el futuro próximo, y ése es el ghetto.  Entonces, va a ser imposible ver a nadie, ni a Micka, ni a Janek, ni a Nica.  D´os mío, ¡Ay, D´os mío!, ¡Qué será de nosotros? Bueno, Rutka, has debido de volverte completamente loca:¡clamas a D´os, como si existiera! La escasa fe que pudiera tener en el pasado se ha reducido a cenizas. Si D´os existiera no permitiría que seres humanos fuesen arrojados vivos a hornos crematorios ni que  aplastaran las cabezas de niños pequeños a golpes de culata o que los metieran en sacos para que murieran gaseados.  Al final, esto se parece a un cuento de abuela: quienes no lo hayan visto no lo van a creer, pero no es ningún cuento, es la verdad. Basta recordar a ese viejecito a quien pegaron hasta dejarlo inconsciente por haber cruzado mal la calle.  Parece absurdo, pero todo esto no es nada mientras nos libremos de Auschwitz…
Lunes 15 de febrero de 1943
No he escrito durante unos días, la verdad es que no hay de qué escribir. Bueno, tal vez sobre el repliegue de los alemanes en el frente oriental, lo cual parece indicar que el fin de la guerra está ya cerca.  Mi única preocupación es que acaben con nosotros, los judíos, antes de que ocurra esto. El ejército alemán ha abandonado Krasnodar, Stalingrado y Novorossiysk, y ahora se marcha de Charkov.  Pero mira que soy lista.  He escrito mucho sobre la guerra y todavía no he hablado de mí: Janek no ha vuelto desde el miércoles pasado.  He de admitir que le echo de menos, es decir, a él no, pero sí su cara.  Tiene una cara blanca preciosa.  Si tampoco viene hoy, me temo que tendré que ir a esperarle enfrente….

8 De Marzo de 1943
¿Qué te pasa, Rutka? Eres incapaz de controlarte.  Eso no es bueno.  Debo calmarme y dejar de empapar la almohada con lágrimas.  ¿Y por culpa de quién o de qué estoy llorando? No será por Janek, claro que no.  ¿Y quién la tiene entonces? Probablemente lloro la falta de libertad.  Estoy asqueada, harta de estas casas grises y del miedo continuo en el rostro de todo el mundo.  Los tentáculos de ese miedo nos envuelven a todos y no dejan respirar.  Ese pánico atenaza a todos y no les permite ser ellos mismos.  Probablemente, hoy vendrán a verme Nica, Jumek y Janek.  Maldita sea, otra vez Janek.  Había decidido no volver a pensar en él, pero siempre acaba regresando a mis pensamientos.  ¿De verdad estoy tan chiflada por el? ¿Será esto lo que llaman amor?
“Sí, Janek, me he enamorado de ti, pero he cometido un error imperdonable:  me enamoré de ti en tu ausencia.  Creo que tú también me quieres, pero eres demasiado orgulloso para volver.  Eso lo se a través de Jumek.  Una vez que están con Lolek, te incorporaste de repente, te pusiste el abrigo y dijiste: “Me voy a casa de Rutka”.  Entonces Jumek te avisó: “No tan deprisa. Ella dice que tus visitas no le hacen mucho tilín”  al parecer, te pusiste pálido y estuviste malhumorado toda la tarde.  Janek, pequeño idiota, verás cómo vuelves conmigo. R
Quienquiera que lea esto pensará que va en serio.  Sé cómo ponerle emoción a lo que escribo.

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